Eso es algo muy personal, le decía Ignacio Salcedo a su sobrino Cipriano cuando este le comunicaba que había sido declarado hereje y condenado a morir en la hoguera. Simplemente por buscar. Yo, que he sido declarado varias veces hereje, que me han colgado varios San Benitos, y que si hubiesen podido, más de una vez, me hubiesen quemado en público; igual que al personaje de la novela de D. Miguel Delibes, simplemente por buscar la fraternidad, la humanidad; un mandato que creo haber heredado de mi madre. No me voy a rasgar las vestiduras porque los ambulancieros de mi ciudad saquen a pasear una Virgen, la bailen cual fanáticos, y no se cuantas mamarrachadas más, pero si que voy a gritar la indignación que provoca observar todos los síntomas de una peste que avanza sin que nadie parezca querer hacer nada para atajarla...
Una Rosa...
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