Esta mañana me apetecía hablar de jabones en pastilla, de cepillos de dientes de bambú y, de mineral de alumbre como desodorante....
En la libreta escolar, donde escribo siempre, tenia casi escrita la anotación de hoy.
Luego, a medio día, me entero de que uno de esos niños pera, con vocación y maneras de chulito de barrio, se casaba con la guapa oficial de turno, una chica, que podrá estar estupenda de gimnasio, como no se va estar estupenda, si al cabo del día no debe hacer nada más, pero que yo no la veo, nada de guapa. En cuanto a él, un macho no se que letra del alfabeto griego define al chorralai este...
Vuelta a la libreta, y con el lápiz y mi letra de escolar. a bocetar otra entrada.
Bien entrada ya la tarde, un paseo por la ciudad, donde me he cruzado con dos bodas, tan pretenciosas, como de mal gusto: Coches antiguos que más que a una boda en una iglesia románica, parecían que iban a una reunión del hampa en el Chicago de los años veinte. Chaqués y vestidos de gala tan mal lucidos que parecían andar solos por la calle. Unos invitados que bien parecían el coro de borrachos del segundo acto de alguna zarzuela de Gaztambide...
Otra vez he cogido la funda con la libreta y el lápiz pensando: Voy a contar como quiero que sea mi no boda con la chavala que esté dispuesta a diseñar junto a mi una vida en común, y lo haré justo después de cenar...
Durante la cena, el sow de la boda del chorralai, las maliciosas y perversas declaraciones de unos y otros sobre lo democráticos que son los nuevos alcaldes, y lo bien que nos va a ir a todos con ellos...
Ahora estoy de nuevo delante de mi libreta, con el lapicero en la mano, y no se que escribir, quizás no tenga nada que escribir, porque no se como luchar, ni con que armas hacerlo, contra toda toda esta podredumbre
Rosas...
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