Padre, hoy hacia ocho meses que en la noche decidiste marchar; tu ya sabes que hoy quería haberte dado un homenaje intimo, entre tu y yo, algo que nos hiciera revivir como pocas cosas lo pueden hacer,aquellos momentos vividos juntos; pero padre, como siempre, no he sido capaz, de soportar escuchar un partido de fútbol entero, aunque esta vez, no he necesitado encender la sierra, ni el compresor, ni desaparecer durante diez minutos presuntamente intoxicado de tanto tapaporos nitrocelulosico... No, esta vez, un nudo en la garganta me ha hecho, aunque juré no hacerlo, apagar la radio del coche, que ya no era aquel viejo transistor Philips, que tanto nos acompañó en nuestras largas jornadas de trabajo. Padre, tu has sabido entenderme mejor que nadie, sabes de mis pasiones y mis arraigos, y sabes que necesito desarraigarme de mucho y arraigarme en otro lugar, he de hacerlo, aunque no se si podré hacerlo... Padré, daría una mano por volver a pasar una tarde de sábado en aquel cuarto, tu, el olor a la cola de contacto y a fondo nitro, yo deseando marchar, y Tablero Deportivo. Y es que solo tu, aquel cuarto, han sabido de mis pasiones y mis deseos, y en ninguno de los dos puedo refugiarme hoy a anhelarlos como hace años...
Una Rosa...
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