Este blog está dedicado a Elisabeth, gracias a ella, muchas de mis fotografías han salido del fondo de un cajón. Para você com amor (para ti con cariño)... Hace muchos años, me regalaron una cámara reflex. Con ella, aprendí a "ver y a mirar"; luego vino otra mejor, y luego otra... La fotografía es la forma que uso para ver el mundo, intentar comprenderlo, y, expresarme dentro de él.
TRAS LAS HUELLAS DE GERMÁN ARETA. VARIACIONES SOBRE UN SUCESO REAL.
En su Justa Medida
La vieja SIATA se arrastraba ruidosa por la autopista. Olipem guiando y maldiciendo: Ahora, los caminos que no están desde luego pensados para ser recorridos por semejante artefacto con ruedas. Ahora, Pasavemira: Sólo él puede idolatrar semejante anacrónica tecnológica.
En el asiento derecho, en acomodada postura, Pasavemira sumergido en un ejercicio de “medición imaginativa”: Ese campo barbechado debe de medir como dos campos de fútbol. Pero, ¿con qué comparo yo un campo de fútbol? ¿Y dos? ¿Con una chopera? ¿Con un hayedo? ¿Con una dehesa?
Pasavemira nunca entiende por que se usan los campos de fútbol, un recinto tan soso; como medida de todo lo aparentemente grande. Olipem como siempre lógico: “La mayoría de la gente tiene perfectamente claras las dimensiones de un campo de fútbol y el sitio que ocupa en el espacio. Todo el mundo menos tu; claro..
PREPARATIVOS
“En cualquier caso debemos de estar en Madrid antes de las siete y media” Explicaba Olipem, mientras Pasavemira, distraído; apretaba en el hornillo de la pequeña billiar la tercera pulgarada de Balkan Sobraine.“Aun tenemos que decidir donde comenzar” -Continuaba Olipem- Pasavemira aseguró la Savinelli entre diente y labio, para con las manos ya libres, rascar parsimonioso la cerilla que explotó como una estrella.
La luz dura, poco intensa, se acercó a la pipa iluminando el rostro de Pasavemira hasta prender el tabaco y liberar una nube de humo. Con gesto orgulloso, Pasavemira con la pipa ya en la mano izquierda dijo: “No hay que planear nada. De Madrid a El Casar, y de allí, a Guadalajara por la campiña. En marzo o en abril”.
El eterno contertulio de Pasavemira desesperaba con los rituales de este. Para cualquier mínima acción Pasavemira disponía de toda una liturgia: Encender una pipa, freír un huevo o preparar una bolsa con equipo. En cambio, las cosas complejas quedaban siempre en manos de la improvisación más libre desesperando a Olipem. Siempre lógico, siempre previsor y siempre organizado.Esta vez se trataba de organizar la primera “fuga” de la primavera.
¿Que es el tiempo? El transcurso de la luz sobre los cuerpos. A veces suave y delicado. Y aveces, fuerte y duro. No, espetó Pasavemira; el tiempo son las estaciones: Frío, solitario y apresurado en invierno. Agresivo, rápido e imparable en primavera. Compañero, cordial y largo en verano Tímido, ocre y amigo en el otoño. Eso es el tiempo y sus estaciones.
Las fotografías de esta entrada pertenecen a la serie: " 3ª 1" y han sido tomadas en el invierno de 2011.
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