Y el alba les alcanzó
abrazados...
Gris, azul, casi violeta,
fue deslizándose entre gemidos, sabanas y piel, holgando el momento;
pretendiendo desanudar lo ahora anudado.
La Luz de la mañana,
penetraba con fuerza en la habitación. Los dos dormían confiados,
se tenían el uno al otro, el otro al uno, como dos almas que se tienen y se sienten.
Las fotografías de esta entrada pertenecen a la serie "Epílogo" y han sido realizadas en el verano de 2016.
Aquí termina este pequeño homenaje con planteamiento, nudo y desenlace, dedicado a Lali, esa chica, hoy mujer, que desde niño ha estado en todos mis pasos.
(Para ti, con cariño...)
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